lunes, 30 de julio de 2012

“Tú no me sales a ningún lado”




Navidad del 2003, último año de secundaria y también cumpleaños de una de mis mejores amigas.
Cinco de la tarde.Había un sol precioso y la presión del colegio no existía ni existiría más, salir definitivamente  del colegio era uno de mis mas grandes anhelos y a la vez una de las tristezas más raras pues nunca volvería a estar en esa convivencia obligada, como la llamaba yo, con esos 27 individuos llenos de problemas, quizás más o menos importantes que los míos, pero al fin y al cabo todos los teníamos y nos teníamos.

En esos días recuerdo que me reunía con mucha frecuencia con mis dos amigas Mirella Y Jennifer, las dos eran tan distintas pero tan afines a la vez que me resultaban peculiares, logramos hacer una bonita y leal amistad que hasta la fecha ( 2012) aún se mantiene.

En fin, resulta que como todo adolescente que tiene la etapa de autosuficiencia y libre albedrío (al menos en los pensamientos) en complicidad con Mirella planeamos, horas antes de la navidad, que el mismo 24 iríamos a pasear junto a Jenny, por las tiendas del parque más concurrido donde estaba toda la “gentita” del barrio.

Era su cumpleaños y Navidad a la vez, teníamos que divertirnos, éramos tan chibolas y sanas que eso significaba comer algo rico y tomarnos fotos con la cámara Kodak rectangular que yo tenía en aquel entonces.

Reconozco que no éramos populares y es más, éramos re antisociales, hacíamos fúchila a cuanto evento nos invitaban, sin embargo salir a tomar aire puro y encontrarnos quizás con algunos amigos sonaba interesante.

Espérame en la puerta de tu casa a las 9,- le dije a Mirella

Supuse que a esa hora todo el mundo estaría afanado en la cena navideña, las llamadas a los familiares, los regalos que aun no envolvían, no lo sé, tantas cosas que supuse, que me alisté casi siendo la hora, aunque alistar solo sea ponerme un jean, unas zapatillas, un polo y nada más.

 Al casi salir noté un ambiente tétrico en mi casa, por lo que sólo atiné a decirle a mi padre que estaba en la sala, que en ese tiempo vivía con nosotros “ya vengo,  vuelvo a las 11 o antes”. Sin embargo lo que nunca pensé escuchar o mejor dicho, nunca había escuchado fue un:

 -“Tú no me sales a ningún lado”- me dijo- ¿A quién le has pedido permiso?

Mi mirada se paralizo por el tono con el que me habló...pensé ...“me estará bromeando” - pero esa teoría fue descartada rápidamente cuando vi el ceño fruncido y su mirada como si yo fuera la hija del diablo.
-Solo voy y vengo, voy a ir a casa de Mirella, es su cumpleaños- le dije,
Era  imposible decirle que iba a pasear al parque porque con más razón no me dejaría ir, a lo que él refutó: 

-¡¿Y para que vas a ir a su casa?!

Piensa rápido...piensa rápido…Su mamá va a hacer una mazamorra de calabaza y me dijo que vaya para que me invite, es su cumpleaños (le dije por segunda vez).

(Silencio sepulcral)

-¡ ¿Qué?!

Mala respuesta ..Mala respuesta…

Y ahí empezaron los sermones:

-¿Acaso tú no tienes casa? Acá también puedes cocinar lo que desees, ¿cómo vas a salir tan tarde, ¿la mamá de tu amiga le da permiso acaso a ella de salir tan tarde? ¿Por qué no viene ella aquí?

Fueron tantas preguntas consecutivas que sentí una metralleta verbal, opté por ir a mi cuarto.

¿Cómo se atreve a cuestionar mis amistades como si yo fuera una forajida? Si él sabe que Mirella vive a tres cuadras de la casa, era navidad…era su cumpleaños maldición!Todo el mundo está en movimiento en las panaderías llevando el pavo, en el mercado comprando chispitas mariposas, en la bodega comprando rata blanca, todos estaban felices...con los que quieren…y si está molesto por qué se la tenía que pagar conmigo. 

Lloré, porque me dio mucho coraje el mal momento que me hacía pasar por su mal humor que en esos días era cada vez más frecuente, ya que en los dos siguiente meses se iría a vivir a Argentina sin dejar rastro.

Lloré y lloré porque la primera vez que vi imposición de mi figura paterna era para insinuar que era una casquivana.

La tristeza se volvió coraje y el coraje se volvió osadía, limpie mis lagrimas y salí en un descuido de mi papá, eran las 9 y 20 y mi amiga ya estaba en mi puerta  a punto de tocar porque no llegué a nuestro punto de encuentro.

-Te espere 15 minutos , que tardona eres…vamos que Jenny nos va a invitar pancita… - me dijo -. No se percató que mis ojos estaban llorosos ya que todo estaba oscuro y afuera de mi casa aún más.

Caminamos y caminamos, yo callada y ella contando el genial día de cumpleaños que tuvo. No la quise interrumpir pues estaba muy contenta..

-¿Que paso?, No me digas que estás con sueño-  me dijo-.Si apenas son la 9 y 30…

 Me agarró del brazo y me jaló para correr y matar el silencio, logró hacerme reír y corrimos, pasamos por mi colegio y por la canchita de fútbol donde unos gaznápiros nos silbaron, volteamos, vimos que eran de 4to de secundaria, unos bebes, nos reímos y nos fuimos. De pronto, y justo cuando estábamos por llegar al parque, ella se dio cuenta que había llorado.

Aunque seguimos caminando ella notó mi tristeza y no sabía  qué decirme, lo noté y solo dije:

-Tuve una discusión con mi papá, mejor ahí la dejamos…

Seguí caminando, cuando de pronto noté que ella ya no estaba…me sorprendí, volteé y no estaba por ningún lado ¿se habrá ido? Me asusté. 

De pronto escuché su voz diciendo: Noemi!!!!!!!! Ven acá rápido.

Mirella había regresado a la tienda de luces donde había un teléfono público, ella se reía así que sonreí y sin saber que estaba planeando está loca del demonio fui acelerando el paso.

De pronto estaba yo frente al auricular , ella había metido 2 soles ( que ya era mucho para 2 ex colegialas desempleadas) y me lo puso en la oreja.

Ella sonreía sintiéndose una heroína de comic y yo con la intriga a flor de piel atiné a preguntar:
- ¿Quién es?, casi con ansiedad.

-Es Daniel Aviles - me dijo ella.

-Aló? – dijo Daniel…

Y me di cuenta que esa chica parada frente a mi quería que me olvide de ese mal rato e implantarme un nuevo y bonito recuerdo (Y sí que lo logró).

Daniel era el chico del colegio que me gustaba, mi amor platónico como le decíamos, mi futuro primer novio, mi primer amor.

1 comentario:

  1. Los papas siempre se agarran con el que nada tiene que ver, entonces saliste sin permiso... ya imagino lo que te esperaba al volver.
    Y que paso con Daniel?

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