Navidad del 2003, último año de secundaria y
también cumpleaños de una de mis mejores amigas.
Cinco de la tarde.Había un sol precioso y la presión del colegio no existía ni existiría más, salir definitivamente del colegio era uno de mis mas grandes anhelos y a la vez una de las tristezas más raras pues nunca volvería a estar en esa convivencia obligada, como la llamaba yo, con esos 27 individuos llenos de problemas, quizás más o menos importantes que los míos, pero al fin y al cabo todos los teníamos y nos teníamos.
Cinco de la tarde.Había un sol precioso y la presión del colegio no existía ni existiría más, salir definitivamente del colegio era uno de mis mas grandes anhelos y a la vez una de las tristezas más raras pues nunca volvería a estar en esa convivencia obligada, como la llamaba yo, con esos 27 individuos llenos de problemas, quizás más o menos importantes que los míos, pero al fin y al cabo todos los teníamos y nos teníamos.
En esos días recuerdo
que me reunía con mucha frecuencia con mis dos amigas Mirella Y Jennifer, las
dos eran tan distintas pero tan afines a la vez que me resultaban peculiares, logramos hacer una bonita y leal amistad que hasta la fecha ( 2012) aún se
mantiene.
En fin, resulta que
como todo adolescente que tiene la etapa de autosuficiencia y libre albedrío
(al menos en los pensamientos) en complicidad con Mirella planeamos, horas antes de la navidad, que el
mismo 24 iríamos a pasear junto a Jenny, por las tiendas del parque más
concurrido donde estaba toda la “gentita” del barrio.
Era su cumpleaños y Navidad a la vez, teníamos que divertirnos, éramos tan chibolas y sanas que eso significaba comer algo rico y tomarnos fotos con la cámara Kodak rectangular que yo tenía en aquel entonces.
Era su cumpleaños y Navidad a la vez, teníamos que divertirnos, éramos tan chibolas y sanas que eso significaba comer algo rico y tomarnos fotos con la cámara Kodak rectangular que yo tenía en aquel entonces.
Reconozco que no éramos
populares y es más, éramos re antisociales, hacíamos fúchila a cuanto evento nos
invitaban, sin embargo salir a tomar aire puro y encontrarnos quizás con
algunos amigos sonaba interesante.
Espérame en la puerta
de tu casa a las 9,- le dije a Mirella
Supuse que a esa hora todo el mundo estaría afanado en la cena navideña, las llamadas a los familiares, los regalos que aun no envolvían, no lo sé, tantas cosas que supuse, que me alisté casi siendo la hora, aunque alistar solo sea ponerme un jean, unas zapatillas, un polo y nada más.
Supuse que a esa hora todo el mundo estaría afanado en la cena navideña, las llamadas a los familiares, los regalos que aun no envolvían, no lo sé, tantas cosas que supuse, que me alisté casi siendo la hora, aunque alistar solo sea ponerme un jean, unas zapatillas, un polo y nada más.
Al casi salir noté un ambiente tétrico en mi casa,
por lo que sólo atiné a decirle a mi padre que estaba en la sala, que en ese tiempo vivía con nosotros “ya vengo, vuelvo a las 11 o antes”. Sin
embargo lo que nunca pensé escuchar o mejor dicho, nunca había escuchado fue
un:
-“Tú no
me sales a ningún lado”- me dijo- ¿A quién le has pedido permiso?
Mi mirada se paralizo
por el tono con el que me habló...pensé ...“me estará bromeando” - pero esa teoría
fue descartada rápidamente cuando vi el ceño fruncido y su mirada como si yo
fuera la hija del diablo.
-Solo voy y vengo,
voy a ir a casa de Mirella, es su cumpleaños- le dije,
Era imposible decirle que iba a pasear al parque
porque con más razón no me dejaría ir, a lo que él refutó:
-¡¿Y
para que vas a ir a su casa?!
Piensa rápido...piensa
rápido…Su mamá va a hacer
una mazamorra de calabaza y me dijo que vaya para que me invite, es su
cumpleaños (le dije por segunda vez).
(Silencio sepulcral)
-¡
¿Qué?!
Mala respuesta ..Mala
respuesta…
Y ahí empezaron los
sermones:
-¿Acaso
tú no tienes casa? Acá también puedes cocinar lo que desees, ¿cómo vas a salir
tan tarde, ¿la mamá de tu amiga le da permiso acaso a ella de salir tan tarde? ¿Por
qué no viene ella aquí?
Fueron tantas
preguntas consecutivas que sentí una metralleta verbal, opté por ir a mi cuarto.
¿Cómo se atreve a
cuestionar mis amistades como si yo fuera una forajida? Si él sabe que Mirella
vive a tres cuadras de la casa, era navidad…era su cumpleaños maldición!Todo el mundo está
en movimiento en las panaderías llevando el pavo, en el mercado comprando
chispitas mariposas, en la bodega comprando rata blanca, todos estaban felices...con
los que quieren…y si está molesto por qué se la tenía que pagar conmigo.
Lloré, porque me dio mucho coraje el mal momento que me hacía pasar por su mal humor que en esos días era cada vez más frecuente, ya que en los dos siguiente meses se iría a vivir a Argentina sin dejar rastro.
Lloré, porque me dio mucho coraje el mal momento que me hacía pasar por su mal humor que en esos días era cada vez más frecuente, ya que en los dos siguiente meses se iría a vivir a Argentina sin dejar rastro.
Lloré y lloré porque
la primera vez que vi imposición de mi figura paterna era para insinuar que era
una casquivana.
La tristeza se volvió
coraje y el coraje se volvió osadía, limpie mis lagrimas y salí en un descuido de mi papá, eran las 9 y 20 y mi amiga ya estaba en mi puerta a punto de tocar porque no llegué a nuestro punto de encuentro.
-Te espere 15 minutos
, que tardona eres…vamos que Jenny nos va a invitar pancita… - me dijo -. No se percató que
mis ojos estaban llorosos ya que todo estaba oscuro y afuera de mi casa aún más.
Caminamos y caminamos,
yo callada y ella contando el genial día de cumpleaños que tuvo. No la quise interrumpir pues estaba muy contenta..
-¿Que paso?, No me
digas que estás con sueño- me dijo-.Si apenas son la 9 y 30…
Me agarró del brazo y me jaló
para correr y matar el silencio, logró hacerme reír y corrimos, pasamos por mi
colegio y por la canchita de fútbol donde unos gaznápiros nos silbaron, volteamos, vimos que eran de 4to de secundaria, unos bebes, nos reímos y nos fuimos. De pronto, y justo cuando
estábamos por llegar al parque, ella se dio cuenta que había llorado.
Aunque seguimos
caminando ella notó mi tristeza y no sabía
qué decirme, lo noté y solo dije:
-Tuve una discusión
con mi papá, mejor ahí la dejamos…
Seguí caminando, cuando de pronto noté que ella ya no
estaba…me sorprendí, volteé y no estaba por ningún lado ¿se habrá ido? Me asusté.
De pronto escuché su
voz diciendo: Noemi!!!!!!!! Ven acá rápido.
Mirella había
regresado a la tienda de luces donde había un teléfono público, ella se reía así
que sonreí y sin saber que estaba planeando está loca del demonio fui
acelerando el paso.
De pronto estaba yo
frente al auricular , ella había metido 2 soles ( que ya era mucho para 2 ex
colegialas desempleadas) y me lo puso en la oreja.
Ella sonreía sintiéndose
una heroína de comic y yo con la intriga a flor de piel atiné a preguntar:
- ¿Quién es?, casi con ansiedad.
-Es Daniel Aviles - me
dijo ella.
-Aló? – dijo Daniel…
Y me di cuenta que
esa chica parada frente a mi quería que me olvide de ese mal rato e implantarme
un nuevo y bonito recuerdo (Y sí que lo logró).
Daniel era el chico del colegio que me gustaba, mi amor platónico como le decíamos, mi futuro primer novio, mi
primer amor.
Los papas siempre se agarran con el que nada tiene que ver, entonces saliste sin permiso... ya imagino lo que te esperaba al volver.
ResponderEliminarY que paso con Daniel?