Han pasado
tantas cosas en mi vida en cuestión de amores…tantas cosas que no tengo ningún
reparo en recordarlas cuando la ocasión lo amerite, esta es una de ellas por ejemplo.
Los años pasan y
hoy siento que tanto la vida como el destino observan cada paso que doy con
mucho detenimiento, observan que me dieron, que me quitaron y que me brindan
hoy.
No me siento
triste, sólo es nostalgia.
Tengo ganas de
vivir mucho, tengo ganas de ser feliz y es muy curioso que a mi lado, al pensar
de ese modo, tenga omnipresente a aquella persona que me complementa, con sus
altas y bajas, con sus berrinches de domingo en la mañana, con su rosa roja
algo quebrada por el trayecto de la carretera, con su tono sarcástico en
momentos inapropiados, pero sobre todas las cosas con su absoluta
transparencia.
Sólo Dios sabe
cuántas cualidades tiene en el alma que hace que me sienta la más afortunada de
todas.
Siento que valió
la pena cada uno de los segundos que he observado, conocido, vivido, sufrido y
experimentado del amor y la vida.
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